Las redes distributivas: ¿cómo funcionan y cuántas son?

22 enero 2019

Por logística distributiva se entiende el conjunto de estructuras físicas y actividades que conectan la fuente del producto (fábrica) con los clientes, coordinando al mismo tiempo el flujo de información subyacente.

En sustancia, podemos decir que la logística distributiva se estructura en cinco grandes componentes:

  1. La red distributiva
  2. La gestión de las existencias
  3. La gestión de los pedidos
  4. Los transportes
  5. La gestión del almacén

En este artículo analizaremos los distintos tipos de red distributiva.

La red distributiva

«La red distributiva es el conjunto de almacenes de diferente naturaleza y tipo que, funcionando de manera organizada e integrada, constituye la osamenta del sistema logístico que permite hacer llegar a los clientes los productos gestionados (o fabricados) por la empresa».

En el pasado, el almacén se consideraba un simple contenedor. En la visión integrada de la cadena logística, hoy en día los almacenes son nodos fundamentales de la red logística cuya función es definida por su colocación específica dentro de la red.

En general, podemos afirmar que las principales funciones operativas de cada almacén son cuatro:

  1. Almacenamiento
  2. Desplazamiento
  3. Control de las existencias
  4. Clasificación de la mercancía entrante/saliente según el origen/destino

En cuanto a las funciones específicas, podemos decir que existen tres tipos de almacenes:

  1. Almacenes de fábrica
  2. Almacenes centrales
  3. Almacenes periféricos

El almacén de fábrica es sustancialmente un contenedor donde se deposita momentáneamente la producción de una planta de producción. La exigencia de un almacén de fábrica obedece al hecho de que la empresa produce según las previsiones (para el almacén) y necesita almacenar la mercancía producida en espera de los pedidos de los clientes, o al hecho de que la empresa necesita agrupar cierta cantidad de producto para saturar (y optimizar la gestión de) un medio de transporte.

El almacén central es sustancialmente un centro de recogida y clasificación necesario para «concentrar» y tener a disposición diferentes productos en un único punto. Normalmente recibe cargas «monoproducto» o «monolínea» y envía cargas «multiproducto».

La función de un almacén periférico es muy similar a la de un almacén central (centro de recogida/clasificación). Pero su papel principal es asegurar una entrega rápida a los clientes, estando localizado cerca de éstos.

Para profundizar el tema de la distribución y entender cómo cambia generalmente una red durante la vida de una empresa se recomienda leer el siguiente artículo: La evolución de la red distributiva. ¿Cómo se llega a definir una nueva?

Ahora veamos los diferentes tipos de red.

Se trata de un ejemplo de distribución sencillo, constituido solamente por un único gran almacén central en el que se almacenan las existencias de todos los productos gestionados y desde donde se realizan las entregas a todos los clientes finales de la empresa.

En general se trata de una solución que:

  • Reduce al mínimo los costes operativos del almacén (desplazamiento, preparación de pedidos, etc.).
  • Permite mantener bajo control las existencias.
  • Simplifica la gestión de los transportes pero no siempre optimiza los costes.
  • Es una solución apta especialmente para las empresas que atienden a clientes finales bastante cercanos que hacen pedidos de cierto tamaño/volumen.

El segundo ejemplo de red distributiva es bastante similar al primero pero más adecuado para grandes empresas comerciales que disponen de cierto número de filiales o puntos de venta con baja capacidad de almacenamiento.

La red distributiva está constituida solamente por un único gran almacén central, que también podemos llamar «centro de distribución», donde se almacenan las existencias de todos los productos adquiridos de los distintos proveedores y desde donde se realizan las entregas a las distintas filiales o a los distintos puntos de venta.

En general se trata de una solución que:

  • Garantiza un óptimo nivel de servicio.
  • Permite reducir el total de existencias.
  • Resulta bastante compleja y su gestión puede ser costosa.

Es una solución especialmente adecuada para los mayoristas y la gran distribución o la distribución organizada.

Este ejemplo constituye una configuración bastante frecuente de organización logística de empresas de producción o empresas comerciales que no disponen de puntos de venta para el consumo «final».

Prácticamente, los clientes de la empresa son atendidos según su ubicación y según la composición o el tamaño de los pedidos, o directamente desde el almacén central o desde las filiales.

En general se trata de una solución que:

  • Garantiza un óptimo nivel de servicio.
  • Aumenta un poco el nivel de existencias (especialmente si no son gestionadas correctamente).
  • Diferencia el servicio y los costes según las características de los clientes.

Es una solución que responde particularmente a ciertos tipos de «mayoristas» o a empresas de producción mono-fábrica no demasiado grandes, donde la producción se encuentra junto al almacén central.

Se trata de una configuración bastante compleja, adecuada para empresas de producción (o grupos de empresas) de cierto tamaño.

Los clientes de la empresa pueden ser atendidos de diferentes maneras, según su ubicación y según la composición o el tamaño de los pedidos, aprovechando una estructura de red en tres niveles: almacenes de fábrica, almacén central y depósitos periféricos.

En general:

  • Garantiza un óptimo nivel de servicio.
  • Aumenta un poco el nivel de existencias (especialmente si no son gestionadas correctamente).
  • Diferencia el servicio y los costes según las características de los clientes.

Es una solución especialmente adecuada para empresas con varias plantas dedicadas a la elaboración de productos específicos. La variedad está garantizada por el almacén central. La velocidad de entrega está asegurada por la cercanía de los depósitos periféricos al mercado.

Este ejemplo constituye una configuración relativamente innovadora (que se aplica desde hace pocos años), que puede parecer muy sencilla pero que en realidad no puede prescindir de una gran organización.

Prácticamente, todos los almacenes, a menudo no sólo los periféricos sino también el central, son sustituidos por puntos de tránsito. Los puntos de tránsito son almacenes sin existencias (o con existencias muy bajas) donde la mercancía proveniente de los proveedores o de las fábricas se envía al cliente inmediatamente.

En general se trata de una solución que:

  • Garantiza un óptimo nivel de servicio si funciona bien.
  • Permite una gestión bastante sencilla de los pedidos.
  • Mantiene bajas las existencias, a veces no sin riesgos.
  • Resulta compleja en cuanto a informática y organización.

Es una solución generalmente aplicada por empresas fabricantes y comerciales de cierto tamaño.

El último ejemplo de red distributiva que presentamos constituye, en realidad, un caso anómalo de red distributiva tradicional, aunque su aplicación está bastante difundida en Italia.

Prácticamente la red distributiva tradicional deja de existir, porque la distribución física de la mercancía se deja totalmente en manos de otra empresa (operador logístico).

En verdad, aun cuando la distribución se encarga a un tercero, la red distributiva sigue existiendo, sólo que ya no es propiedad de la empresa que produce/vende el producto a distribuir, por eso podría «no verse más». Cuando se activa una colaboración con un operador logístico es importante saber qué red distributiva pondrá a disposición.

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