El sistema antiincendio emplea un agente de extinción para combatir las llamas. Hay varias maneras de extinguir un incendio, pero todas ellas influyen en los cuatro elementos del llamado «tetraedro del fuego»: los diferentes componentes que se combinan para producir la reacción química que constituye la base de cualquier incendio.
Por consiguiente, las maneras de extinguir un incendio son cuatro:
El mecanismo utilizado en nuestro caso, basado en un aerosol condensado de carbonato potásico, afecta principalmente al cuarto elemento del tetraedro del fuego a través de reacciones químicas con los radicales libres de la llama, interfiriendo así en el proceso de combustión.
Nuestro sistema antiincendio emplea un agente de extinción, completamente atóxico, constituido por partículas sólidas muy finas (diámetro inferior a 10 micrómetros). Las partículas permanecen en suspensión en el aire durante mucho más tiempo y dejan menos residuos en la zona protegida que otros medios de extinción. Cuando la densidad de las partículas (aerosol) en las inmediaciones de la llama está correctamente dimensionada, la capacidad de extinción es muy alta.
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